Lujo Silencioso – Jardines con Vida y Obra: Josefina Roca

Lujo Silencioso – Jardines con Vida y Obra: Josefina Roca

Llegamos a la casa de Josefina, un lugar mágico en el que a cada paso se descubre un nuevo rincón. Interiores y exteriores que están pensados desde un mismo concepto y hacen que el jardín y la arquitectura se relacionen naturalmente. Te invitamos a conocer una casa urbana estructurada a partir de patios cargados de significados y emoción.

Al ingresar nos invade una sensación de frescura que nos traslada a otro sitio, no parece que estamos en la ciudad. A través de grandes paños de cristal, observamos varios patios repletos de verde que se muestran a los visitantes como verdaderas instalaciones de arte, lo que hace una verdadera aventura para quien entra por primera vez.

Josefina, quien es arquitecta, nos cuenta que se diseñó una casa urbana sin vistas, por lo que se trabajó profundamente en la generación de espacios verdes que invadan los interiores: “En esta casa, cada habitación mira a un patio y cada patio tiene mucho verde” nos asegura la dueña de casa, al explicarnos la disposición de la vivienda que comparte junto a su marido e hijos.

Una de las referencias que marcó el concepto de este proyecto fue la casa colonial, una construcción en las que las habitaciones se estructuran en torno a un patio central. De esta forma, reinterpretando esa disposición y adaptándola a los ritmos actuales, Josefina logró una casa contemporánea y con un guiño al campo.

Al atravesar el espacio interior llegamos al jardín trasero, donde pudimos ver innumerables variedades de plantas. El diseño estuvo a cargo de Ernestina Anchorena, paisajista y amiga personal de Josefina, con quien comparten el mismo gusto por la naturaleza. Ambas coincidieron en incorporar especies nativas y plantas “de siempre”.

Josefina quería que los espacios verdes de su casa fueran un homenaje a esos jardines de las abuelas en donde se pueden encontrar lantanas o rosas antiguas. También incorporó menta peperina, salvia y un sinfín de hierbas aromáticas. Para dar sombra seleccionó lapachillos y tipas que crecieron rápidamente.

Al haberse criado en el campo, el verde ocupa un lugar importante en su cotidianidad. Toda la flora se encuentra en perfecto estado y armonía, como si siempre hubieran estado allí. Es evidente el cariño que Josefina tiene a su jardín y cómo se ocupa de conocer cada planta y saber qué necesitan para estar mejor.

Detrás de todo ese verde cargado de significado y “plantas de la niñez”, como le gusta decir a Josefina, se emplaza la pileta. Este espejo de agua se encuentra situado en el paisaje como si fuera un estanque, con un diseño sobrio y sencillo al igual que el resto de la casa. “No quería que la protagonista sea la pileta, preferí trabajarla como un elemento más del jardín” nos comentó Josefina.

Al mismo tiempo, encontramos interesante la oposición entre la vegetación agreste y un diseño de pileta que recuerda a la arquitectura racionalista, para la que se eligió azulejos celestes de la línea Prisma Portobello, utilizando juntas grises que resaltan el diseño reticular. Los bordes de ladrillo generan un contraste de color, textura y formato, más que original.

Para definir la materialidad del hogar, Josefina trabajó el concepto “Lujo silencioso” y para ello eligió elementos que jueguen entre lo bueno y la posteridad, la nobleza y la simpleza, para así lograr espacios versátiles que se adapten al paso del tiempo.

En la casa de Josefina pudimos ver una perfecta síntesis entre el adentro y el afuera, algo muy buscado en arquitectura, pero que no resulta sencillo de lograr. Claramente aquí se pudo alcanzar el objetivo: una casa con historia que sirve de refugio para los tiempos que corren.

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