Sin Límites – Jardines con Vida y Obra: Los Lenti

Sin Límites – Jardines con Vida y Obra: Los Lenti

Nuestro recorrido nos llevó hasta Villa del Dique, una localidad ubicada 110 km al sudoeste de la ciudad de Córdoba. Un cielo de impecable azul celeste nos anticipa un día de grandes descubrimientos en la casa de Guille y Paula, quienes viven en Río Cuarto pero decidieron edificar esta casa para sus días de descanso.

Este hogar de interiores amplios es muy cómodo, y evidencia que fue pensado plenamente para el disfrute, donde living, cocina, comedor e incluso parrilla, conforman un único espacio que mira al lago. No importa en dónde se encuentre uno, el paisaje es protagonista absoluto.

Cuando construyeron la casa, la vista al lago los cautivó y ,junto a su arquitecto Francisco Viñas, decidieron avanzar hasta donde se los permitió el terreno. La casa terminaba literalmente donde empezaba el barranco hasta el lago, y a partir de allí hicieron algunas modificaciones para emplazar la plataforma exterior.

En este espacio encontramos un amplio living descubierto y una mesa de comedor, en donde la naturaleza nos brinda un entorno admirable.

Este sector culmina con límites difusos en una increíble pileta con borde infinito que crea una ilusión óptica al fundirse con el azul del lago. La sensación de calma es sublime.

Pero esta pileta esconde un secreto: debajo de ella nos encontramos con un refugio de roca más cerca del verde natural. Este espacio no estaba en los planos originales y surgió casi espontáneamente, pero cuando supieron que contaban con él, decidieron aprovecharlo y el resultado fue magnífico.

De este modo se ganó un espacio separado de la construcción original en el que pueden hacerse otras actividades, sin interrumpir el ritmo del resto de la casa.

Paula se involucró personalmente en el diseño de los canteros que se ubican hacia la derecha del terreno. Apasionada de las plantas, forma parte de un grupo de aficionadas con quienes se reúne regularmente a tomar clases y compartir proyectos de paisajismo en el que todas aportan ideas y conocimientos para que cada una desarrolle su propio jardín. Los frutos del trabajo colaborativo pueden apreciarse en estos canteros.

Paula y Guille fueron aprendiendo acerca del lugar a prueba y error, hasta dar con las especies que mejor se adaptan a la zona. De la misma manera, trataron de conservar la flora que encontraron antes de construir su casa.

Debido a la pandemia y al aislamiento, Paula, Guille y sus hijos no tuvieron la oportunidad de habitar la casa por varios meses. Pero este verano se toman revancha y se instalaron en este hermoso hogar para encontrar esa calma tan necesaria en los tiempos que corren.

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